Translate

viernes, 11 de junio de 2010

Gloria a Dios y Paz para los Hombres

“GLORIA A DIOS Y PAZ PARA LOS HOMBRES”
Texto. Lucas. 2:14
Lectura. Lucas. Cap.2:1/20

En la porción que hemos leído en el evangelio de San Lucas; esta relatada la historia del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Todo lo humano que en ella se relata, es sencillo y humilde; en ella vemos a un sencillo artesano que con su mujer María, suben desde Nazaret en Galilea a Belén en Judea, pobres ciudades, para cumplir un requisito legal de empadronamiento.

Un pobrísimo lugar que sirve de albergue a pobres viandantes y al ganado.
Un niño envuelto en unos pobres pañales y acostado en un pesebre; porque no había lugar para ellos en el mesón.
Unos sencillos pastores que narran ingenuamente, todo aquello que han visto y oído.
Solo hay grande en esta narración y aun pasa en la soledad de un campo y en las vigilias de la noche; la parte en que interviene sobrenaturalmente el cielo.
Un ángel del Señor y la gloria del señor que les rodeó de resplandor, y les aterra.
El anuncio de una grande alegría para todo el mundo. La descripción del recién nacido: es el Salvador del Mundo, el Cristo, el Señor.
Y luego el estallido de las voces de las huestes celestiales, que alaban a Dios y decían:
¡ Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres. !
Este cántico, es la nota culminante de la aparición a los pastores; es una sublime doxología con que los espíritus celestiales dan gloria a Dios, por este niño que acaba de nacer; porque todavía los hombres no conocían, ( y me temo que muchos no conocen aun) el inefable misterio que acaba de realizarse.
Y en el voy a fijar mi reflexión, como síntesis de los hechos y del misterio que se encierra en el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo .
Toda la economía de la Redención del hombre, gira alrededor de estas dos grandes ideas que el Apóstol San Pedro señala en su epístola: “ Que en todo sea glorificado Dios por Jesucristo” (1ª. Pdr. 4:11 y de esta otra profusamente repetida en el evangelio, y que por vez primera Jesucristo la pronunció, consumado que hubo la obra de la Redención: “ Paz a vosotros” (Jn.20:21)
I.- GLORIA Y PAZ

Y antes de hablar de esta Gloria a Dios y de esta Paz a los hombres, que proclamaron los ángeles en los campos de Belén; permitidme hacer de este himno angélico, el tema para la exposición del evangelio, sobre el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Porque es en esta noche cuando se reanudad las relaciones entre el cielo y la tierra; interrumpidas desde el principio del mundo. Aquí se han abrazado y los hombres en este niño que nace y que es nada menos, el Dios hombre.
De aquí la Gloria a Dios, puesto que de esta bendita unión – consanguínea – saldrá la fuerza que ha de transformar espiritualmente en los años venideros a muchos hombre y mujeres.
Conscientes de esta realidad, nosotros también, juntamente con los ángeles del Señor y con los santos redimidos en veinte siglos de testimonio, formemos coro, demostrando que encierra una gran verdad el cántico de aquella noche; es decir, que el nacimiento de Jesucristo es gloria para Dios y Paz para los hombres.

II. - ES GLORIA PARA DIOS

Y aquí tenéis la razón fundamental de lo glorioso que es para Dios en nacimiento de su Hijo.
Dios había coronado al hombre de gloria y honor; la luz de Dios, su creador, brillaba sobre esta obra de sus manos, pero el hombre se afeó así mismo, borrando la imagen que Dios había impreso de sí mismo en él.
Se equiparó, dice el Salmista a los irracionales y se hizo semejante a ellos. (Salmo. 49:12/13 -20)
Pero hoy, baja Dios a la tierra, viene a rectificar lo torcido, a reformar lo deforme, a disipar las tinieblas con su luz, a rehacer, - en una palabra – la obra gloriosa que el hombre había deshecho obedeciendo al Diablo.
Y lo primero que hace Dios en esta historia, es cumplir su palabra: Siglos tras siglos, había Dios estando anunciando por sus profetas, el hecho del nacimiento de su Hijo. Y es que el nacimiento del Señor, es un acto que ilumina las profecías, con la luz de la sabiduría y misericordia de Dios.
Una virgen dará a luz un hijo, había dicho el profeta Isaías 7:14 y llamará su nombre Emanuel (esto es Dios con nosotros.)el hombre representativo, porque desde
Y el evangelio de San Lucas dice: “
María dio a luz a su hijo primogénito y le envolvió en pañales.” Y el ángel dice a los pastores: “Hoy os ha nacido un Salvador que es Cristo el Señor. “ Y nace en Belén de Judá (Judea), como había profetizado el profeta Miqueas. 5:2
Como no cantar ¡Gloria a Dios.! Si el mundo ha visto la sabiduría, la providencia, el amor y el poder de Dios, manifestarse en el esplendido cumplimiento de su palabra. Pero la gloria máxima, se la da a Dios, este niño que acaba de nacer. ¡Nos ha nacido el hombre, ! Podemos gritar alborozados; sí el hombre representativo, porque desde Adán prevaricador, no había hombre en la tierra que diera Gloria a Dios: Concebidos todos en pecado y alejados de los caminos de Dios, apenas si de la humanidad subía a Dios un acto vital digno de El.
“ Dios miro desde los cielos por ver si había alguno que buscase a Dios y no lo hubo, ni siquiera uno” (Salmo.53:1/4)
Hoy sí, nos ha nacido el hombre, ya hay en la tierra una carne inmaculada que de Gloria a Dios, un pensamiento adherido a El para hacer su voluntad. Es el postrer Adán, por cuya vida trae vida a todos . Una carne que, como la de todos los bebes, huele a pan tierno, pero que este. A diferencia de los demás, ha de ser partido por todos nosotros.
Sí, Gloria a Dios en las alturas, entonan los ángeles, ellos dicen, lo que este niño recién nacido no puede decir, pero lo dirá pocas horas antes de su sacrificio en la Cruz.
“Yo te he glorificado en la tierra, he acabado la obra que me diste que hiciera. “ /Jn.17:4)
Cristo es el sumo sacerdote que oficiara a Dios, ofreciéndole su propio cuerpo, en propiciación por nuestros pecados, cual cordero sin mancha ni contaminación, allí en el altar de la Cruz, para quitar el pecado y darnos vida eterna.
La glorificación de Dios, es deber fundamental del hombre, glorifica tú a Dios, entregándole tu corazón y tu alma y acéptale como a tu único salvador personal y habrá gloria en el cielo, por un pecador que se arrepiente : Porque este niño que nace, siendo Dios, se hizo pobre naciendo en un pesebre de madera, y se humillo a si mismo, siendo obediente hasta la muerte, y muerte en cruz de madera; para que nosotros con su pobreza, fuésemos enriquecidos. Fil.2:6/11 - 2 ª Cor.8/9)

III. - ES PAZ PARA LOS HOMBRES

La paz, desterrada del mundo por el pecado de los hombres, ha vuelto a el. La paz anhelo universal de la humanidad puede ser una realidad en vuestras vidas: La paz que fue anunciada por los profetas se ha hecho sobre la tierra, al nacer en ella el príncipe de paz.
“Porque un niño no es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombre; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” (Isaías 9:6/7 Es un don de Dios, que nos ha sido dado, (Hijo nos es dado) .
Cuando el mundo fue creado de la nada por el poder de Dios, todo estaba en paz; el pecado fue causa y la ruina de toda paz, el rompió la armonía con Dios, el puso la discordia en el fondo de la vida humana y trajo la desolación y la muerte.
Y no habrá paz en el mundo mientras no se destruya el pecado, que es la causa primordial, por la que los hombres no viven en buena correspondencia con su creador; porque nadie de una forma u otra, ha dejado de tomar parte en esa guerra moral, que la humanidad tiene enzarzada contra su Dios y creador; sus leyes morales impresas en nuestra conciencia, no han sido tomadas en cuenta, y en ese mismo punto vivo de esta discordia, la gracia de Dios en la persona de su Hijo Cristo-Jesús, se manifiesta a los hombres participando de carne y sangre, ( se hizo consanguíneo) para poder destruir mediante la muerte, al que tenia el imperio de la muerte, a saber, al diablo. (Hbr.2:14) Redimiéndonos y limpiándonos con su sangre de todo pecado y estableciendo la paz en nuestro corazón .
No es solo la presencia en el mundo de Dios hecho carne, la garantía de la paz a los hombres, sino su firme resolución de hacerla efectiva en nuestro corazón, mediante su evangelio;
“ La paz es dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”. (Jn.14/27)

IV. - DIOS QUIERE HACER EFECTIVA ESTA PAZ

Es difícil para los hombres establecer la paz, aun existiendo el querer por ambas partes, pues siempre hay ofensas y daños que reparar, garantías que establecer, reconstruir lo destruido; tal sin duda es la condición del hombre en relación con Dios.
Pero Dios, es que propone la paz y tomo toda suerte de iniciativas para hacerla efectiva en nuestras vidas, y lo primero que hace es, enviar a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. (1ª. Jn.2:4-10) De esta forma, restablece el orden y la armonía rotas a causa de nuestras ofensas, pasándolas por alto; (Ro.3:23/25) proporcionándonos unas garantías anti acusatorias basadas en la indisolubilidad del amor de Cristo. (Ro.8:31/34)
Reconstruye lo que en realidad habíamos destruido en nuestra vida, haciéndonos nuevas criaturas, desechando las cosas viejas y estableciendo otras nuevas, según el puro afecto de su voluntad , para adoptarnos como hijos. (2ª. Cort.5:17 y Ef.1:5 y 2:1/5)
Nos devuelve la felicidad , la paz, el bienestar por Cristo y en Cristo, pues siendo enemigos ha establecido las bases de nuestra reconciliación en su cuerpo de carne. Col. 1:12/14 y 20/23) Esta voluntad de hacer efectiva esta paz en nuestro corazón, este armisticio, es válido hoy y por los siglos, por cuanto esta rubricado con la misma sangre, de aquel que dijo
“ Paz a vosotros “ (Hbr.9:14/16)
Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado” ( Hbr.10:16/18)

V. Ibáñez